Al oír hablar de “adicción” la mayoría se imagina a una persona “drogadicta”, “alcohólica”, totalmente fuera de control, alguien muy alejado de ellos. Sin embargo, en las adicciones existen grados y tipos muy diversos, pero todos tienen algo en común: la imposibilidad de vivir acorde a tus valores. Hay personas que son víctimas de adicciones sin saberlo, que se creen muy alejadas de esas que llamamos “adictos”.
Podemos decir que existe una adicción cuando se altera uno o varios valores que tiene la persona. Es decir, cuando una persona comienza a descuidar aspectos importantes de su vida, no es consistente con aquello que para ella tiene importancia. Algunos ejemplos de ello serían los siguientes comportamientos:
- No presta atención a su familia;
- No sabe disfrutar de las tardes con amigos si no van ligadas a esa “sustancia”;
- Ha perdido la capacidad de disfrutar de las pequeñas cosas;
- No cuida a sus hijos como debería, no pasa tiempo de calidad con su pareja;
- No se cuida aunque le gustaría, no se esfuerza;
- Ha dejado de lado aficiones que antes disfrutaba;
- No se comporta bien con los demás, roba, miente o engaña para enmascarar su adicción;
- Apenas se divierte, siempre está enfrascado en su ordenador, móvil, …;
- Todo gira en torno a su adicción, ella lo domina y lo controla todo.
Por adicción se entienden no solamente adicciones fisiológicas (aquellas que implican la ingesta de alguna sustancia), sino que también son adicciones: la falta de capacidad para controlar lo que se compra, la adicción al juego, al deporte cuando se practica de forma obsesiva, a internet, al móvil, al trabajo cuando este absorbe casi por completo la vida, etc.
¿Cuáles son los primeros pasos que se deben dar para superar la adicción?
En primer lugar, debes aceptar que tienes una adicción y ser consciente de los autoengaños que hacen que se mantenga o se agrave. En segundo lugar, es importante identificar los valores perdidos, es decir, aquello a lo que has dejado de prestar atención por prestársela a esa sustancia, aquello que has dejado de hacer, las parcelas de tu vida que están quedando vacías o incompletas.
Te ayudará plantearte las siguientes cuestiones:
- ¿Qué es importante para ti en la vida?
- Imagina una semana sin que tu adicción estuviera presente, ¿Qué harías diferente? ¿Qué cambiaría?
Probablemente, en la respuesta a estas preguntas se encuentre la clave para comenzar a hacer cambios encaminados a vivir la vida que realmente quieres vivir.
Cuando la adicción se supera, comienzan a percibirse emociones y sensaciones que habían permanecido “anestesiadas”, se comienza a apreciar el mundo con más intensidad, a disfrutar de experiencias y momentos que antes no se disfrutaban, o simplemente no se veían porque había algo que nos cegaba. Es como si volvieras a nacer de nuevo, como si poco a poco el mundo real, ese mundo que ya estaba ahí pero que no podías percibir, comenzara a aparecer ante tus ojos. Una tarde en familia, una puesta de sol, un paseo en la naturaleza, un libro, una sonrisa, una acción altruista, un logro personal,…
Cuando una adicción se supera, se comienza por fin a VIVIR.