Según la Ley de Yerkes-Dodson es más probable afrontar eficazmente los problemas con un nivel de ansiedad leve o moderado (ni demasiado alto, ni demasiado bajo). Esta es la razón por la cual, tanto una persona desmotivada como otra demasiado alterada, rendirán por debajo de sus posibilidades. Necesitamos cierto estado de activación para tener un rendimiento adecuado. Por eso, encontrar el equilibrio es la clave para progresar, tanto a nivel laboral como personal.